La cinematografía africana en la voz de Mane Cisneros

La cinematografía africana en la voz de Mane Cisneros

Preámbulo al X Simposio Jorge Isaacs: Tras las huellas de Manuel Zapata Olivella

Por Ana Lorena Tulcán Tapia

Mane Cisneros es antropóloga y directora del Festival de Cine Africano de Tarifa-Tánger ─ FCAT (España) desde hace dieciséis años. Sus estudios la han llevado a recorrer México y Francia y a viajar infatigablemente de país en país, pero es en España donde habita su razón de ser, tal como ella lo indica. Sobre el Festival de cine que fundó en el año 2002, resalta con pasión la importancia de su tarea de exportar contenidos audiovisuales que visibilicen el intercambio de culturas y desarrollen la complejidad de las problemáticas atemporales para algunas poblaciones. En ese sentido, entre sus principales acciones, el FCAT se encarga de traducir y subtitular películas africanas para que luego sean puestas a disposición de las entidades que deseen incluir o distribuir algún título africano en sus programaciones cinematográficas o culturales a nivel internacional. Durante el Festival se proyectan al público ochenta películas y a lo largo del año alcanzan doscientas proyecciones en otros espacios.

“Como un pulso a lo imposible”, Mane describe su trayectoria en el FCAT porque ha roto aquellas dinámicas de difusión cinematográfica que reproducen los viejos estereotipos a través de la imagen y ha logrado además, que el continente africano sea contado desde adentro sin tergiversar su historia. De este modo, expresa que las dinámicas de difusión deben dejar al africano hablar con su propia voz sobre su realidad más cercana y el festival va tras este objetivo. Las posibilidades que ofrece este evento están cargadas de una amplia variedad de cine africano y también árabe. Al respecto, expresa: nuestro público va por una simple razón, porque quiere ver cine; anualmente recibimos un total de cuatrocientos a quinientos títulos, de los cuales dieciséis largometrajes de ficción y documentales entran en competición en las categorías de: mejor película, mejor dirección, mejor interpretación femenina, mejor película árabe y premio del público.

Para Mane las relaciones que se puedan construir alrededor de la familia del cine son muy importantes, por eso decidió saltar el estrecho de Gibraltar para construir un puente que la política no ha logrado. Al respecto agrega: el cine propicia el encuentro de conocimientos de diversas culturas, no sólo de África sino del conjunto de países oprimidos y no se puede olvidar que las grandes potencias coloniales son hoy en día, productoras que utilizan la imagen para construir imaginarios para el nuevo orden mundial en donde cada uno ocupa un lugar clave en la pirámide. El FCAT se desarrolla simultáneamente en dos continentes y unifica diversos públicos que enriquecen el intercambio cultural entre Tarifa ─municipio español de la provincia de Andalucía─ y Tánger ─ciudad situada en el extremo norte de Marruecos─, abriendo el diálogo sobre la deconstrucción y reconstrucción de las nuevas identidades africanas y de aquellas que permanecen silenciadas. Como uno de los logros de difundir el cine africano, Mane concluye: el cine ha logrado deshacer la mentira y buscar la verdad para contarla, esto les ha permitido a los africanos apropiarse de sí mismos y de una imagen que les fue robada y distorsionada desde que fueron llevados a la metrópolis, reeducados, moldeados a imagen y semejanza del blanco y cuando fueron devueltos a su lugar de origen, regresaron con una mirada trocada.